lunes, 24 de julio de 2023

Desequilibrio sistémico: el tercer tipo de asuntos que tratan las constelaciones familiares

El desequilibrio se da cuando se romper el llamado “orden del equilibrio”. Y este dice que cuando un sistema familiar u organizacional funciona de un modo adecuado, todos toman y dan lo que pueden y deben tomar o dar.

En constelaciones no se habla del tan manido como cristiano y new age “dar y recibir”. La experiencia sistémica indica que, en los sistemas, las personas, para vivir en armonía, dan lo que pueden o deben dar ósea, si me piden una cantidad de dinero prestada y es un amigo y yo puedo prestar ese dinero sin menoscabo personal, está bien que lo haga porque puedo hacerlo, y si soy padre de un niño que depende de mí, es obligación mía darle todo lo que sea necesario para que viva bien. En materia de “tomar”, usamos este verbo en lugar de “recibir”, porque la experiencia sistémica muestra que nadie recibe nada que no fuera suyo desde tiempos inmemoriales, por lo tanto, las personas no recibimos por la gracias de San Universo, tomamos lo que es nuestro.

En consecuencia: cuando se produce un desequilibrio sistémico familiar es porque alguien está dando lo que no puede o lo que no debe dar. Ejemplo: unos padres ya han criado a sus hijos y estos son adultos y pueden valerse por sí mismos; un día a uno de esos hijos se le ocurre que tiene un gran negocio entre manos, le pide dinero a su padre, éste duda, no sabe si darle el dinero, tampoco tiene demasiado, apenas unos ahorros, y, sin embargo, como es su hijo, se lo da.

Acaban todos en bancarrota. Esto es lo que pasa cuando das lo que no debes dar y en este caso además no puedes dar. Pero la conciencia sistémica, que prima la unidad del sistema por encima del bienestar, te engaña con muy buenos argumentos, que ni siquiera son tuyos y das el mal paso. No obstante, antes de entregar el dinero te tiembla la mano y sigues dudando en hacerlo, es tu yo verdadero que te está advirtiendo, pero caes igual en manos de fuerzas sistémicas muy poderosas y mucho más fuertes que tu fuerza de voluntad individual: la fuerza de voluntad es una de las fuerzas más débiles del planeta.

El otro, que recibe tu dinero, también pierde, porque está tomando lo que no debe y en este caso tampoco no puede.  

Detrás de esto está la mayoría de los fracasos económicos: tomas tu decisión desde una sub-personalidad interna tuya que no está capacitada para decidir si es acertado dar ese paso.

Les voy a poner un ejemplo que yo viví: en Barcelona, España, me vino a ver una señora de Jerez de la Frontera que tenía a “su niño” en el sofá todo el día, fumando y sin hacer nada, sin fuerzas (la característica más notoria del desequilibrio) a pesar que era un artista plástico conocido y sus cuadros se cotizaban muy bien. Ella le daba de su exigua pensión para que se comprara dos cigarritos al día. Pero ya no podía más. Así lo dijo.

La constelación sirvió a la clienta a efectos de comprender y sentir en el alma que ya no debía contribuir más a la debilitación total de su “niño” (de cuarenta y ocho años, por cierto). Haré de tripas corazón, me dijo, y le diré que ya no más.

Al tomar esta decisión, “su niño” se levantó del sofá, volvió a exponer sus obras y a venderlas y en cosa de tres meses se alquiló su propio apartamento, compró un coche de segunda mano, sacaba a pasear a su madre y le hacía regalos de dinero.

Si ella, o él, da igual quién tome la iniciativa, no da el paso para romper el debilitante desequilibrio, esa situación, como en muchos otros tristes casos, se hubiera prolongado toda la vida. Se trata de ese tipo de familias que las vemos destruirse y agonizar durante décadas sin salir de un limbo deprimente y de los cuales nos preguntamos qué les paso, porque se vinieron abajo y se abandonaron a morir literalmente.

Este ciclo se puede romper en una sola sesión de constelaciones familiares. Para sesiones individuales, trabajo de grupos y formación como facilitador/a, comunícate conmigo al (52) 2281 78 07 00

Héctor D’Alessandro



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario