jueves, 20 de abril de 2017

Diplomado de Análisis Transaccional en Xalapa Héctor D'Alessandro

             
  Cuando conoces a una persona, quizás observes qué clase de hombre o qué clase de mujer es. 
            Lo que estás viendo es qué clase de hombre le enseñó a ser, por acción u omisión, su padre o la representación interna que creó sobre su padre, a quién quizás ni conoce personalmente.
            Lo que estás viendo es que clase de hombre le "mandó" ser su madre, por acción u omisión.
           Si se trata de una mujer, lo que estás viendo es qué clase de mujer le "mandató" ser su padre y que clase de ejemplo de mujer le mostró, por acción u omisión, su madre, aunque quizás ni siquiera llegó a conocerla.
          Cuando ves a un hombre, estás viendo qué clase de hombre fue o es su padre.
          Cuando ves a una mujer, estás viendo qué clase de mujer fue o es su madre.
          Las personas no son feas o bellas por sí mismas, malas o buenas por sí misma, exitosas o fracasadas en sí mismas, tienen mandatos y permisos para serlo. 
          A través de centenares de señales corporales y gestuales te están hablando sus padres sobre qué clase de destino indujeron en la mente de su hijo o de su hija. Un aprendizaje que el niño o la niña adoptaron de modo inconsciente entre el nacimiento
y los cinco a siete años. Una edad en la que su cerebro trabajaba
de continuo en una frecuencia de entre 4 y 7 megaherzios por
segundo las veinticuatro horas del día. El famoso estado "alpha"
de la mente. Trance puro.
            Una chica quería trabajar con la prosperidad y pensaba que tenía que “liberar”, según sus propias palabras, algo por lo cual era “leal”, según el lenguaje de las constelaciones familiares, a ella y no podía fluir en esa área de su vida.
         Bien, al hacerle la constelación, una sonrisa irónica asomaba por la comisura de sus labios de continuo, “soberbia”, en el lenguaje y en la interpretación de las constelaciones.
        Ese pequeño demonio destructivo que asomaba por la comisura de sus labios, representa en realidad el mandato de su padre. Su padre la mandataba en sentido contrario, de modo tal que la supuesta lealtad con su madre en realidad la impulsaba y el mandato de su padre, alcohólico, iba en sentido contrario. Cómo podía la chica cumplir consigo misma si tenía que cumplir con un permiso y un mandato en sentido contrario.
        Un constelador, y cualquier terapeuta o facilitador, debería conocer para realizar un trabajo más eficaz, este vocabulario corporal que está hablando todo el tiempo y que nos está diciendo de qué manera esta torcido el destino de la persona, y cuál es el camino para rectificarlo.

        En este diplomado de Análisis Transaccional aprenderás a reconocer esas señales para "comunicarte" con ellas en el más poderoso estado de aprendizaje: el estado "alpha" de la mente.
        Así podrás reformular los permisos y mandatos que se encuentran grabados en el disco duro de tu mente y reprogramar tu vida.
        Héctor D'Alessandro

    Las fechas de este Diplomado son las siguientes:

    Comenzamos el sábado 6 de mayo, de 10 AM a 8 PM (con descansos para comer y para el coffebreak)
3 de junio
8 de julio
12 de agosto
9 de setiembre 
7 de octubre.
  Inscríbete ahora en la Escuela Internacional de Coaching de Xalapa
Llama al  2281 78 07 00 o al 2288 82 88 84

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