sábado, 19 de agosto de 2023

El problema de no vivir la propia vida Héctor D’Alessandro

Cuando uno no vive su propia vida, experimenta emociones que no son propias o directamente son falsas.

Y no necesariamente tiene que venir el problema de la familia.

Recuerden que a veces ustedes le prestan dinero a alguien, y esa persona luego no puede devolverlo.

Al cabo de un tiempo, esa persona les muestra enojo. Cuando lo más probable sería que ustedes estuvieran enojados con el deudor o la deudora. Pero se da al revés.

¿Por qué sucede eso? Por una cuestión de economía emocional: sale más a cuenta andar enojado y con cara de amargado todo el día que sentir vergüenza social y tener la sensación de que todo el mundo te señala.

Algunas personas, lamentablemente se pasan la vida entera viviendo en ese modo: enojados en lugar de sentir lo que verdaderamente pasa por su propio interior.

El problema es que llegan al final de la vida, como Iván Ilich, el personaje de Tolstoi, y no se han conocido a sí mismos: han vivido una vida triste e inútil.

Esto lo vemos cada día y hay muchos ejemplos: las parejas que se odian luego de haberse amado, porque no pueden hacer frente juntas al dolor. La persona que hirió o humilló y lastimó fuertemente a otra y en lugar de sentir su culpa y disculparse, habla mal de la otra y de lo tonta y victimista que es la otra persona.

Por eso, para volver a sentir lo que realmente sientes y vivir tu vida, te invito a hacer constelaciones familiares

(52) 2281 78 07 00




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