1950. Sayula, Veracruz
Por caminos polvosos y aún
tapizados por la vegetación natural de la zona, comienzan a llegar grandes tractores,
ruidosas aplanadoras y veloces motoconformadoras de movimientos prodigiosos que
se desparraman desde el Puente Correa al sur hasta el núcleo mismo de la ciudad
de Sayula. El cometido que traen es de alcances titánicos: en poco tiempo van a
levantar el Teatro del pueblo, una Escuela de Artes y Oficios, un hospital
materno infantil, el Parque Municipal y una escuela primaria. Todo esto, sólo
en la ciudad. Pasando por la ciudad y marcándola para siempre: la carretera
transístmica que conectará el puerto de Coatzacoalcos con el de Salina Cruz:
nada menos que el mar Caribe con el océano Pacífico. Para hacerse una idea del
alcance de esta sola obra, alcanza con saber que hoy (2021) pasan por Sayula a través
de esa carretera diez y ocho mil vehículos diarios de gran tonelaje.
Cuando comenzó su
construcción, lo operarios en los momentos de descanso encendían sus radios a
baterías que traían por primera vez a la zona, consiguiendo así concitar la
atención de los lugareños, mayoritariamente de la etnia popoluca-mixe, que
venían a presenciar el milagro de aquellas voces y aquellas canciones que
aparecían así, en el aire, y no se sabía de dónde procedía el sonido.
Cuando volaban las grandes rocas
para abrir el camino, con sus cargas de dinamita, nunca escuchadas antes en la
zona, las familias enteras se iban de excursión al monte, llevándose su comida
para pasar el día a la espera de que concluyese el tormento sonoro.
Esta enorme renovación de la
zona, de alcances inauditos para la economía de todo México y con un alcance visionario
que hoy se manifiesta con el inmenso tránsito que conecta las mercancías
procedentes del Pacífico (fundamentalmente de China) con el Mar Caribe y el
resto del mundo, se realizó durante el mandato del presidente Miguel Alemán y con
la ilustre Gelasia Ceballos Gómez al cargo de la Honorable Presidencia del
Municipio de Sayula (hoy día: Sayula de Alemán en honor al presidente que le
dio a la Republica).
Gelasia Ceballos Gómez
presidió la corporación municipal desde el 1 de enero de 1950, momento en que
comienzan las obras, hasta el momento de su muerte por infarto el 22 de febrero
de 1951 (la leyenda urbana cuenta que en realidad fue envenenada). Su mandato
debía finalizar el 31 de diciembre de 1952, pero le alcanzó solo el tiempo que
estuvo al cargo para echar a andar el núcleo de desarrollo de la ciudad y de la
zona.
Amiga desde pequeña en Sayula,
del futuro presidente Miguel Alemán, perdió a su madre a los nueve años de edad
y se marcha a vivir con su padre y su hermano, de quien se pierde el rastro en
los documentos históricos, al puerto de Coatzacoalcos. En su juventud viaja a
vivir a la Ciudad de México, donde se reencuentra con el futuro presidente y
comienza a trabajar para él como secretaria, ella tenía formación como
taquimecanógrafa y tenía una cultura general que la salvaba en cualquier situación,
hablaba castellano y la lengua originaria local: el popoluca-mixe. Rasgo que sería
fundamental para que ella pudiera hacer de correa de transmisión entre las
comunidades locales y las posibilidades que brindaba el poder central, sobre
todo en materia de inversiones.
Autodidacta en muchas cosas y
compositora de una canción muy popular “La sayuleña soy”, sin proponérselo, se
convierte en la primera mujer presidente municipal electa por voto popular de
toda América Latina, en unos momentos, ironías del destino mexicano, en que en
la República mexicana las mujeres aún no tenían derecho al voto.
El presente siempre está creando
sus antepasados necesarios, y esta mujer adelantada a su tiempo, empoderada y “aventada”
se coloca por mérito propio en un lugar primordial como ejemplo y guía que
señala el futuro.
El municipio que parió a un
presidente de la Republica y a la primera mujer presidenta municipal de toda América
Latina la honra con una plaza dedicada a su memoria enfrente mismo del Panteón
Municipal. Siguen en esta tarea: quienes honran sus raíces desarrollan grandes
alas.
Héctor D’Alessandro, 15 de
abril de 2021
Para más información consulten la publicación del propio municipio de Sayula de Alemán “Sayuleña soy”, del historiador Javier Sulvarán Antonio